La isla de las Cigarras. RELOAD CANARIAS

Recuerdo que de pequeño leí en el colegio algunas de las más célebres fábulas. Las que perduran en mi memoria con más claridad eran las fábulas atribuídas a Esopo, y la más conocida, La Cigarra y la Hormiga, escrita por La Fontaine.

En La cigarra y la Hormiga, aparece una cigarra que al llegar el invierno se encuentra desprovista de alimento. Por ello acude a pedirlo prestado a su vecina, la hormiga, y ésta, temiendo no tener suficiente para ambas, le niega el préstamo y le recrimina el haber pasado el verano holgando en vez de haber hecho acopio de alimentos para la estación fría.

La moraleja de la fábula está en demostrar que quien es precavido y previsor en tiempos de bonanza, tendrá su recompensa en épocas más áridas. No dependerá de nadie para subsistir, ni tendrá que lamentar carencias.

La renovación turística es un bien necesario. Por bien en cualquier caso, y por necesario, especialmente necesario en nuestras Islas Canarias.

La Ley de Renovación Turística, impulsada por el Gobierno de Canarias, tenía como objeto precisamente sacar a la oferta alojativa de las islas de ese estado “vintage”, al menos en lo que al aspecto de la planta hotelera se refiere.

Recuerdo el primer Salon de la Renovación Turística que se celebró en Maspalomas hace ya 3 años, donde tanta incidencia se hizo en la necesidad de renovar infraestructuras, arquitectónicas y urbanísticas, no sólo por lo estético, sino por lo legal. Accesibilidad y sostenibilidad emergían como conceptos paraguas a los que aferrarse en la cruzada de la renovación.

Yo siempre me pregunté por qué no se hablaba de estrategias de marketing y comercialización. De cambios de mentalidad, de acciones formativas, de maneras de pensar, de concienciación ante los fenómnos del Todo Incluído para el turista, y el TODO PA MÍ para el propietario. Parecía muy obvio que la renovación pasa por un lavado de cara, un peeling, o una cirujía estética profunda. Pero de nada sirve si la mentalidad sigue siendo la misma. Y me explico: La Ley de Renovación Turística implicaba una política de crecimiento cero, es decir, que no se otorga licencia para la construcción de mas complejos turísticos, con el fin de que los inversores se centren en las estructuras actuales y las reformen.

Sin embargo, este planteamiento se ha vuelto en contra del propósito de la ley. El propietario del complejo, al carecer de una competencia creciente, y con los buenos números que proporcionan las llegadas de turistas en los últimos años, ha optado por no invertir, aprovechar la coyuntura, y seguir disfrutando de estos tiempos de bonanza, mientras la “primavera árabe” lo permita. TODO PA MI.

Nadie puede discutir con el inversor sobre cómo gestionar su dinero, pero la fábula de la cigarra y la hormiga nos alerta de que, ante destinos emergentes como la Riviera Turca, Tunez o Grecia, más vale prevenir que curar, y que luego llegan los lamentos, las peticiones de ayudas, los SOS.

El sur de gran Canaria es una especie de parque temático de los 70, con una urbanización deficiente y abarrotado de cucarachas. No hay más que darse una vuelta pro Playa del Ingles. Sol y buen tiempo siguen siendo el reclamo, pero esto no es exclusivo de nuestras afortunadas islas.

Una de las iniciativas que han surgido es la del Grupo RELOAD Canarias, de quien participa MKTUR, que trata de impulsar proyectos de renovación turística, más allá de la rehabilitación arquitectónica, gestionando las certificaciones medioambientales, y con un programa de gestión, comercial y de marketing y targeting adaptado a las necesidades del turista, convirtiendo los complejos en un producto turístico VIABLE, SOSTENIBLE, MODERNO Y COMERCIALIZABLE. Y todo con el apoyo de las entidades bancarias. Un pequeño paso para el hombre. Un gran paso para las Islas Canarias

Iniciativas como esta, a la que nos adherimos, nos demuestran que aún hay hormigas en la isla. Entre tanta cigarra…